Presentación formal

Hola a todos mi nombre es Anabella Ortega tengo 24 años, soy licenciada en instrumentación quirúrgica, estoy cursando una capacitación docente para ser profesora y poder dar clases en las escuelas porque siempre uno de mis sueños fue poder enseñar. Soy una lectora voraz, leo todo libro que llega a mis manos, debido a que soy una chica muy curiosa, en mis tiempos libros me gusta hacer deportes, me encanta estar con mi familia, es una de las bendiciones más grandes que debemos apreciar los seres humanos.me fascina viajar, conocer lugares nuevos, soy muy aventurera.

Llegué al camino cuando tenía 17 años, vivía una vida vacía y superficial. Apareció un chico en mi camino que me decía que si yo ponía mi vida en las manos de Jesús mi vida iba a cambiar para siempre, que mis problemas se solucionarían, etc. Yo meditaba en sus palabras porque no entendía a qué se refería, veía algo diferente en él y eso me llamaba la atención haciéndome pensar: “yo también quiero eso que él tiene”. Quería saber que era todo esto, hasta que un día me invitó a una iglesia y gustosamente le entregue mi corazón a Jesús. Durante los siguientes 6 años he pasado por varios altibajos espirituales, esto me ha llevado a errarle al blanco la mayoría de las veces. Pese a que he trastabillado miles de veces y me he sentido miserable hoy estoy firme como un roble porque sé que me puedo acercar a él sin ninguna condenación. He decidido dejar mi pasado atrás y mirar hacia adelante.

Les cuento que creé este blog (Tenemos que dejar un legado) para poder plasmar todo los conocimientos que tengo acerca de Dios, para aconsejar, motivar,  no quiero ser egoísta y guardármelo para mí, sino todo lo contrario. Anhelo aprender de ustedes a través de sus comentarios. La idea es sentar las bases para las generaciones venideras.

Estoy expectante a lo que Dios haga por este medio. Empecé a escribir a los 9 años y dejé a los 17 años por motivos personales. Así que es la primera vez que retomo siendo creyente. Nací con una vida con propósito y no pienso quedarme cruzada de brazos esperando que las cosas sucedan, sino que por el contrario pienso ser partícipe aportando mi granito de arena en lo que sea necesario.

Hace un par de años escudriñando la palabra me encontré con Isaías 42:6-9 y dice así: “yo Jehová te he llamado en justicia, y te sostendré por la mano; te guardaré y te pondré por pacto al pueblo, por luz a las naciones, para que abras los ojos de los ciegos, para que saques de la cárcel a los presos, y de casa de prisión a los que moran en tinieblas. Yo jehová; éste es mi nombre; y a otro no daré mi gloria, ni mi alabanza a esculturas. He aquí se cumplieron las cosas primeras; y yo anuncio cosas nuevas; antes de que salgan a la luz, yo os las hare notorias”. Al finalizar con la lectura me dije.¡¡¡no puede ser!!!!!,justamente yo?? Si soy una pecadora Dios! Me sentía indigna de una misión de tal envergadura, incapacitada e insuficiente. Pero finalmente el Espíritu Santo me hizo entender que él vino a buscar a los perdidos, que hace cosas extraordinarias en gente ordinaria como yo, y que no puedo quedarme en el letargo espiritual porque lo que sucede con esta sociedad no es solo responsabilidad del gobierno y de las autoridades correspondientes sino de la iglesia y mía, porque tengo a mi alcance herramientas que desgraciadamente muchos no la tienen, por lo cual no es correcto que la esconda. Porque soy luz, soy sal y soy agente de cambio.

A partir de este preciso momento pongo mi vida en las manos de Dios para que se haga su voluntad que es agradable y perfecta. Consagro mi corazón, mente y manos para que sea Dios el que les hable a través de mí, los ministre y guíe sus caminos. Oro para que este blogs les sea de total bendición, que los escritos puedan darles aliento a sus almas, darles fuerzas cuando no tengan ningunas, compañía cuando se sientan en completa soledad y gozo cuando se sientan atribulados. La palabra nunca vuelve vacía.

 Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios (Romanos 8:19-23).

Doy gracias a Dios por todo lo que me da, a mis pastores Omar y Graciela por todo lo que me han enseñado, a Alba Heiremans y Juan Raimundo por escucharme y aconsejarme, a mi profesor de instituto bíblico Claudio Bincaz; quien además a hacerme reír en sus clases hasta el cansancio me ha animado a crear este blogs, haciéndome entender que no debo darme por vencida, doy gracias a ese chico que me trajo a la iglesia, quién ha dado de su tiempo junto con su familia para que yo pueda dar mis primeros pasos en el camino y por último doy gracias a mi madre espiritual que por circunstancias de la vida he perdido todo contacto, pero fue un pilar muy importante en vida cuando me iniciaba como creyente.